sábado, diciembre 01, 2007

Navidad en las cercanías

Pues es ahora que de nuevo nos encontramos en el espíritu navideño, se ha sacado el árbol y armar el nacimiento no debe estar muy lejos de los planes semanales. Me acuerdo de mis navidades pasadas, de cómo cuando chico celebrábamos con mi tía Teresa (que en paz descanse) y con mis primos. Navidades llenas de ilusión y de alegría; como cuando niño esperaba con ansias las 12 mientras los adultos conversaban de temas que bueno…¿qué puedo decir?...jaja…

Los preparativos eran lo máximo, mi hermana y yo armando juntos el árbol y mi mamá era la encargada del nacimiento, pues era mucho más complejo de hacer, se tenían que mover cajas, muebles, cuadrar bien el papel para que los muñecos no se cayesen...jaja toda una hazaña. Me acuerdo que a mi me encantaba ponerme debajo del árbol, mirando hacia arriba y empezar a adornar por ahí, era muy divertido…pero ese espacio ahora se lo cedo a mi sobrina, quien es ahora muy chica y posiblemente no se acuerde de esta su segunda navidad – tiene apenas un añito y unos meses-

¿Cómo cambia la vida no? Mi prima tiene ya una hija, mis otros tres primos se encuentran trabajando, mi hermano se casó y ya no vive con nosotros, mi hermana ya tiene su hijita y el año que viene potencialmente se mude de la casa, yo trabajando y a un año de graduarme, realmente increíble…

Recuerdo muchas cosas de mi infancia y aquellos momentos navideños donde con ansias corría al árbol y empezaba a leer las tarjetas. Me acuerdo una navidad, yo muy pequeño, ya eran las 12 y mi mamá subió a su cuarto yo me quedé abajo con la familia y al ratito baja mi mamá con un juguete enorme (bueno para mi era grande en ese entonces…jeje), se acercó y me lo dio con una sonrisota; yo pues obviamente recontra feliz… La alegría de la cena navideña, las conversaciones en familia (con mis primos terminábamos siendo cerca de 9 creo), el pavo preparado desde la tarde y puesto al horno en la noche, ahí bien vistoso en la mesa…finalmente luego de la cena y la repartida de regalos pues nos íbamos a dormir…

La mañana siguiente, siendo ya 25 recuerdo que me gustaba bajar bien temprano a la sala y ver todo el papel regalo regado por aquella alfombra blanca…los juguetes no guardados y la magia aún en el aire…

Los años pasaron y ciertos problemas surgieron, los regalos fueron escaseando debajo de aquel árbol viejo que nunca perdió ni perderá la magia de mi infancia (todavía lo tenesmos =) ...¡y a mucha honra!), ahora mis primos ya no vienen, y a mi hermano no lo veo hace unos 7 años ya pues vive en México; pero seguimos pasando un rato en familia, solo que ahora es una nueva familia la que se está formando (WELCOME ARELLA! -mi sobrina-).

Mi sobrina crecerá y Silvana se irá, Alfredo no tiene intenciones de venir para el Perú y mis primos...pues ellos cada uno está haciendo su vida de una u otra forma, sigo creyendo en aquella magia que viví de niño y en aquellas sonrisas que ahora nos toca sacarle a Arellita. La navidad está cerca y pues la familia siempre estará unida, así sean recordando a alguien, o haciendo su respectiva llamada internacional. No puedo decir que no extraño aquellos recuerdos tan tiernos, espero nunca perderlos, saludaré a mis amigos y a las personas que estimo como cada año antes de las 12 este 24…una vez hace unos cuatro años ya llamé a un amigo por navidad y le dije así de simple: “Te llamaba para decirte feliz navidad hermano que la pases bien” y me dijo “assu, de verdad me animaste el día”…quizás algunos lo necesitan más que otros, la navidad es para todos, no hay que perder esa idea.